viernes, 10 de septiembre de 2010

La importancia de los oblatos en la iglesia es estar con los pies en la tierra.


Cardenal Francis George, OMI, Arzobispo de Chicago
Presidente de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos.

Roma, 10 de septiembre de 2010.- El Cardenal Francis George, estuvo presente todo el día jueves en medio de los Capitulares. Su compañía dio la oportunidad de compartir muchas de sus experiencias, pero la fundamental fue la tarde de este jueves, cuando explícitamente recordó el servicio hecho a la congregación a lado del Padre Jetté, como vicario, fue un trabajo como dijo él, de un constante discernimiento de los espíritus. Hoy tal vez ya no con la comunidad oblata, pero sigue dando profundamente a la iglesia lo que aprendió en medio de los oblatos. Sobre todo hoy lee mucho las cartas del fundador y siente que hay mucha relación en lo que él hizo, en sentido que ve en sus escritos el alma de un pastor.
Compartió que el ser oblato tiene 3 elementos y más a propósito de este tiempo que el capítulo enfatiza en la conversión. Recordó que los oblatos permanentemente estamos unidos a una conversión, pero de Cristo crucificado en nuestra misión. Y desde su conversión existe la conversión en el mundo. Recodando que en tiempos del fundador la lucha era frente a la persecución y control de Napoleón, en su tiempo era como para predicar a los pobres y dentro de ellos a los más pobres. No solo bautizando, sino haciendo misión.
La congregación es una escuela de conversión, conversión a Cristo en la oración, como se aprendió en la formación con la espiritualidad Sulpiciana. Identificarse a Cristo en el mundo y en su encarnación. Y es la oración oblata la identificación a Cristo en su palabra encarnada entre Dios y nosotros.
Para el Cardenal George, la conversión con Cristo se centra en la misión, en la comunidad, en la caridad pastoral y es una virtud presente desde el Vaticano II y presente también en los documentos de la iglesia de hoy.
A parte de de la identificación con Cristo crucificado, hay otras dos dimensiones y una es la vida y el amor a los pobres. “Pauperibus misit me” los pobres tienen algo donde nosotros encontramos a Cristo, son los que fueron el contexto de la congregación. Como obispo yo siempre conservo esto y comparto con ellos. La misión de la iglesia son los pobres y esto es parte de mi vida. Todo quedó en mi corazón.
Finalmente la conversión llevo a la misión universal de Cristo que no lleva a la reflexión sobre la misión de la iglesia. El énfasis, la salvación de las almas, encontraran a Cristo en la iglesia. Ya en el prefacio de Mazenod nos recuerda el amor por la iglesia. Encontramos a la iglesia mediadora para Cristo. Se puede vivir de muchas maneras inclusive en contextos secularizados, ahí está la iglesia con sus valores.
La iglesia es el camino por su relación a Cristo, es mediadora de Cristo. En contextos secularizados, desde el Vaticano II, es un misterio de comunión. Permite relaciones no forzadas, relaciones del mismo fundador con Cristo y la relación con María que nos guía a Cristo. Por eso un Oblatos es un hombre de relaciones constantes.
Recordó que la misma comprensión comunitaria, nos puede ayudar como misión y comunión. También la solidaridad humana como comunión eclesial, que es atraerlas hacia Cristo. Hoy podemos vivirlo de formas diferentes.
Recordó también que en los años 60 hubo dificultades en la definición por el Superior general, en este momento hemos redefinido el rol. En el año 1972 profundizamos la misión con P. Rainhard y otros. Todo se enfocaba primero el contexto social, recordemos a lo que fue Gaudium Spes, que nos guio seguido de documentos del Celam, Medellín. Y hoy tenemos Aparecida que nos presenta el encuentro con Cristo y después recién el contexto social. No es solo ver los signos de los tiempos, sino es importante también ver el contexto espiritual. Dios es el acto principal, ve más allá de los esfuerzos humanos y vemos que Cristo ha reunido incluso cuando hubo decepciones.
Por eso nosotros como oblatos somos agentes, no solo de análisis, sino de vivir a Cristo encarnado. Es necesario ver el mundo como lo hizo Cristo, el amaba el mundo, lo amaba profundamente, por eso nosotros como misionero también debemos hacer lo mismo.
La importancia de los Oblatos en la iglesia, es que somos gente con los pies en la tierra, nos conocen y por eso nos dejan entrar y somos buenos en esto. Porque más que vivir cerca de los pobres, somos llamados a estar en todo lugar. Hoy estamos disminuidos, pero podemos crecer porque nosotros hacemos lo mejor, que generación a generación hicieron, ser fieles a Cristo y a su Madre.
Culminó diciendo, que la Iglesia es una red de relaciones de Cristo Crucificado. Nuestra relación con Cristo sería suficiente en este momento, pero necesitamos un encuentro cercano con Cristo, para que podamos volvernos de corazón, no necesariamente como queremos, sino como Cristo lo quiere.
Mi oración es cada día, que Dios los bendiga y muchas gracias.

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