jueves, 25 de octubre de 2012


Adiós P. Gregorio, tu vida estuvo lleno de testimonio y coherencia.
P. Guillermo Siles Paz, OMI
El ser humano frecuentemente se encuentra ante situaciones de límite y fácilmente puede dar respuestas y salir. En algunas oportunidades no suele ser muy fácil, sino que requiere de algunas intervenciones científicas. Lo cierto es que siempre el hombre está en la capacidad. Pero cuando se han terminado todas vías posibles. Sólo nos queda aceptar lo que corresponde. Creo que es el Caso del P. Gregorio Iriarte. El luchó contra todo, pero la realidad es la realidad y tiene sus límites. Ayer el sintió que partiría para gozar de lo que ha creído, la ternura, la misericordia y el amor de Dios. Ahora ya no estará materialmente con nosotros, pero todo lo que nos deja es grande y con mucho contenido y profundidad.  No solo conocimientos y razonamientos, sino su experiencia de vida.
Estos últimos días ha tenido muchas emociones, las cuales han tenido un profundo reconocimiento, aunque él ha expresado como que no corresponde. Decía, “yo no me merezco, pero veo que la gente valora cosas más de lo que son.” El siempre ha sentido que su aporte era simple y que ayude a las personas y grupos. En me dijo: “Me siento muy agradecido con todos los amigos y amigas que estos días han celebrado conmigo estos reconocimientos. Deseo seguir trabajando de todo corazón para ustedes. Ya un poco mejor y va mi cariño para todos. He constatado que tengo muchos amigos y amigas que me aprecian y eso me ayuda mucho. Gracias por su cariño y oraciones en estos días. Estimo el cariño del Pueblo y de la gente, más que cualquier otro título.”. Pero lo más duro fue comprender el misterio de nuestra vida.
Estos últimos días, estando con él, me ha hecho comprender que la vida tiene valor en tanto en cuanto estas al servicio de los demás, cuando has hecho algo para los otros. Qué sentido puede tener si uno cultiva su vida para uno mismo. Qué valor podemos encontrar si no dejamos tiempo para quien nos necesita.
Para Gregorio no había estatura, edad, prestigio, cargo preferencia, todos han sido valorados y aceptados de la misma forma. Tal vez por esa razón, no se ha hecho ningún problema de estar dando charlas a grupos de campesinos, profesores, estudiantes universitarios, candidatos a una maestría, etc. El estaba con un mismo discurso, pero con esa gran capacidad de que cualquiera podría entenderle. Esto es realmente un gran logro personal. Ser totalmente potable.
Gregorio lucho con su propio cuerpo. El me dijo, que ponga en su Facebook; “Es cierto que estoy un poco delicado de salud, pero no enfermo. Sigo en la lucha al servicio de ustedes y de nuestro pueblo. Lo mío es un poco pasajero, con la ayuda de Dios y de todos ustedes, lo venceremos. Un abrazo muy fuerte y cariñoso, para tanto amigos y amigas.” Y realmente él estaba convencido de esto. Que esto es pasajero, y así fue, su dolor terminó y ahora pasó a la casa del Padre.  Pero, como si Gregorio entendiera con precisión los misterios de nuestra vida. Hace una semana me dice, mira este es mi último libro, como un testamento. Dios no juzga ni condena, Dios es amor y misericordia. Con esta idea con esta su concepción del misterio de su fe partió. Esta es una profunda expresión. El amor de Dios no alcanza ningún límite, no tiene barreras. Ahí está Dios para darte amor, ternura y misericordia. Adiós querido Gregorio.  

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